6 de diciembre de 2010

La falsedad...

Todos conocemos a alguien más falso que un billete de tres euros, pero no todos tenemos el gusto de conocer esa faceta suya.
Por suerte para mí yo sí que sé quién representa ese papel en mi vida, y haré todo lo que esté en mi mano para dirigir las luces de los focos en otra dirección, y conseguir que el papel, al igual que el actor que lo representa sea pequeño e insignificante.
Pero la función debe continuar, y en este momento todos seguimos en el escenario, y aunque eso no podemos hacer que cambie, lo que sí podemos hacer es comenzar a improvisar, cambiando los personajes, pero siguiendo con el mismo argumento.

Y al acabar la función continuamos con nuestras cosas,
y nos damos cuenta de que si la vida es puta,
la gente lo es mucho más.

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